Es un
intercambio de ideas, opiniones mediante una conversación que se da entre una,
dos o más personas donde un entrevistador es el designado para preguntar.
Una entrevista es recíproca,
donde el entrevistado utiliza una técnica de recolección mediante una
interrogación estructurada o una conversación totalmente libre; en ambos casos
se utiliza un formulario o esquema con preguntas o cuestiones para enfocar la
charla que sirven como guía. Es por esto, que siempre encontraremos dos
roles claros, el del entrevistador y el del entrevistado (o
receptor).
Entrevista estructurada
En el primer caso hablamos de una entrevista formal y estructurada, que se caracteriza por estar planteada de una manera estandarizada donde se hacen preguntas que previamente fueron pensadas y para un entrevistado en particular que responde concretamente lo que se le está preguntando.
Por esta razón, el entrevistador tiene una libertad limitada a la hora de formular las preguntas pues no pueden nacer de la entrevista en sí misma, sino de un cuestionario realizado de ante mano.
Entrevista no estructurada y libre
En el segundo caso hacemos mención a una entrevista no estructurada que es la clara oposición de una entrevista estructurada por diferentes motivos. Es flexible y abierta ya que, por más de que haya un objetivo de investigación (que es lo que rige a las preguntas) no se espera que sus respuestas se vean compuestas de un contenido ordenado y con cierta profundidad.
Si hablamos del rol que le toca al entrevistador, afirmamos que él es el encargado de elaborar preguntas pero (a diferencia de la entrevista formal) no debe seguir un cronograma de orden sobre la forma de llevar las preguntas y la formulación de las mismas.
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